No es que Barcelona y París se asemejen demasiado, ambas son ciudades encantadoras, pero cada una goza de ese toque distintivo que las hace tan únicas y especiales. Para mí Barcelona es una ciudad cosmopolita y rápida y, París es romántica y elegante. Sin embargo, paseando por mi barrio, he encontrado la posibilidad de disfrutar del charme francés tantas veces como quiera. Y es que, a partir de hoy me proclamo clienta asidua del restaurante
Chéri. No sólo por su decoración de estilo francés que consigue con el suelo de mármol en blancos y negros, sus mesas de madera con cubertería de plata y copas de cristal, sus paredes repletas de botellas de vino dispuestas a la perfección, su techo de madera con detalles marineros (guiño al dueño del restaurante de origen gallego) y su zona de aseo igualmente cuidada hasta el último detalle. De hecho, la última reforma fue hace 4 años. El Chéri presenta una carta mediterránea pero con toque francés, y tras revisarla, sólo os puedo decir que tiene todo una pinta excelente, y si lleva 16 años abierto algún motivo debe haber. Por otro lado, una segunda propuesta catalana a la parisina, es el
Café Emma, situado en Pau Clarís, un establecimiento que presenta un concepto de bistrot francés, mezclando la cocina francesa y la nacional con toques contemporáneos, y aún así a precios asequibles. Además, han reservado un espacio en el salón destinado a boulangerie. Pues bien, estas dos propuestas sí que se parecen mucho, al menos en la idea de acercar a Barcelona la cocina y el entorno francés. Aquí os dejo unas imágenes, ahora el turno es vuestro,
à manger!
Restaurante Chéri
Desayunando
Tomando unas copas
Café Emma
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